POEMA # 146. LA BELLA DURMIENTE




La chillona nunca para de hablar,
Cuando callará?
La chillona siempre
Como fósforo encendido,
Que serpiente.
La chillona
Que a todo busca explicación,
Te callaré.
Ahora hablaré yo.
En tu mundo 
No hay hambre, en este sí.
En tu mundo 
Es todo un desorden,
En este no.
Entonces, este no es tan malo.
Chillona, como he de callarte?
Ni tu misma te aguantas.
No quiero humillarte
Pero ya me tienes harta.
Adios a tus chillidos
Ahora hablare yo
Los ultimos seran los primeros.
Solo hablaras
Cuando te lo pida
Y los cielos asi lo decidan.
Al cuerpo causas daños
Y aqui, un cuerpo solo hay.
De que sirve tenerte
Si me sumerges
En profundidades
De las cuales salgo
Ahogada? 
Aguas en las cuales no debi nadar.
Yo me salgo de ese mar
Aunque se que en el metida
Yo me alejo de ti
Aunque para escapar de ti 
No hay salida,
No quiero tus chillidos
Solo quiero paz
Y tu solo hablas sin parar.
Podrías solo estar ahí,
Y dejar de hablar?
Dices que sí? Que tratarás?
Pues ven chillona caminemos juntas
Nos tendremos hasta la tumba.
Ya no me hagas más daño.
Lo prometes?
Dices que si.
Al cabo del tiempo 
Te deje hablar de nuevo,
Y me volviste a atormentar.
Ya no te permitire hablar. 
Solo lo harás cuando lo decida.
En esto la educación del hombre
Se manifiesta,
Cuando atención a la chillona
No le presta
Y continúa solo su caminar 
Aunque con ella cargada a cuestas.

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