Poema inspirado en la obra pictórica del pintor dominicano Ramón Suarez. Pintura titulada: Mujer 1
Alli va Margarita con el afán de sus días.
Alli va Rosario a comprar golosinas.
Alli va aquella, a trabajar en su nido.
Alli va aquella, reflexionando en el camino.
Muchas gracias editor,
por la edición.
Editaste la vida, de un grupo,
de un montón.
Sumiste mi carne,
la modificaste, la transformaste;
aun no habiendo nacido,
el destino trazaste;
con tres letras o quizás con menos;
lo que dijiste, no creo, no creo.
Leyendas antiguas;
modifican tu vida, mi vida;
y plasman en ti y en mí un dudoso camino;
y plasman en ellas;
un rostro, uno indefinido;
uno moldeado por el tiempo;
o quizás moldeado por un sujeto;
por ese, por el que dijo;
un dijo lamentable,
doloroso y execrable;
igualdad entre estos;
no es equiparable;
lastimoso tu rostro,
indefinido tu rostro,
tu rostro dotado por el tiempo;
quizás, el mismo, tu rostro, algun día;
algún día, te reconozca.
Algún día conoceremos tu rostro:
quien sabe como es tu rostro,
puede ser que simplemente
tengas el rostro de ese sujeto,
si, el mismo rostro;
solo que maquillado, dibujado,
puede ser que la única diferencia
sea el carmesí de tus labios,
las protuberancia de tus colinas;
puede ser que lo único que te diferencia
de ese rostro, del de el;
es lo que aportas a la vida;
sujeto, es que acaso no te detienes y piensas
que solo en ella yace el destino
de los humanos dias?
Es en ella, en ella, que nació la vida;
y en ella yace alojado el futuro;
a su caminar le has puesto muro;
y hoy perdio su rostro;
eso no dudo;
gracias a tus senderos
y caminos oscuros.
Tú, sujeto, la sujetaste.
Tú, sujeto, de colores, la embadurnaste;
es a ella a la cual desde el principio,
de su condición de ser y poder
despojaste.
La despojaste.
De su rostro la despojaste.
Tú, sujeto, te creiste diferente;
te llenaste de arrogancia,
fuiste prepotente,
no lo creas, no eres diferente,
esa idea solo habita
en tu mente;
ella y el, seres iguales;
indudablemente.
Grato trabajo el de los sujetos,
despojar a esos seres de su genuino rostro,
llenarla de vestido suave y de colores.
Le restó la potencia de su ser, horrendo ultraje;
la ubicó en sus placeres y sus amores;
y continúa ciñendola de maquillaje;
todo esto para un propósito,
atarle cadenas a su pensamiento,
colocarla en superficial monumento,
para ser, él, el supremo en el tiempo
y para indefinirle la esencia, su ser, su rostro;
gran travesía en el tiempo, grandes retos,
sinuosos caminos
han transitado los nobles seres del azul
que poseen el sexo femenino.
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