24 de febrero de 2015

Poema #57 Tonos de la luz



Soplando y suspirando y bostezando...
Asi yace el tiempo
escuchando a aquellas palomitas de canto gris.

Ahi estan las de plumas grises,
las de plumas,
las de grises plumas entre comillas,
caminan los de ese níveo plumaje,
plumaje gris, gris entre comillas.
Demás aves, de diferentes ideas,
para ellas, oscuras,
viven esas, segun ellas, en lo oscuro.
Por no ser gris por ser de otro tono.

Oscuro?
Sí, yacen aquellas palomas pensando
en que herederas netas de la luz.
Otras palomas en otros caminos, perdidas,
otras de otro tono, perdidas.
Si, segun ellas, no vuelve
el ruiseñor a la vida
si no es del tono,
del tono gris.
Pequeñeces de la cabeza,
de las visceras
o simplemente del pico pequeñez;
Cuan pequeño, mísero matiz
han rociado en ellas,
a las grises, turbio barniz.
Menosprecio al ser real,
valía al ficticio serafín.
Quizás no es solo tono,
quizás es solo búsqueda de oro.  


Y aun los gallos grises
continúan cantando
la canción del renacer.
Dejar de ser y renacer
con el nuevo sello,
la nueva firma,
firma desde el nacimiento
de los pichones plasmada.
Buscar ese sello.
El sello de la vida? Lo tienes?
Dijo una gris, pero de un tono mas claro:
Si, lo tengo,
es por él que respiro
y es por él, que ahora no miento
y es por él, que mis plumas
quizas opacas,
pero libres en el viento.
Por él, por él,
por el que me dio vida,
me dio vida, antes del tiempo,
desde antes de nacer,
aquel, aquel, aquel cisne de luz,
aquel que desde siempre su sello en mi plasmó.
Solo es mi asunto que decida
el albedrio propio de mis días
el cual coincida, con la felicidad
que para mi aquel cisne declaró.
Aquel cisne que desdel el principio del tiempo
habita en la luz. 

Ay palomita mia,
solo piensas en el día
en que tú, utópicos vuelos,
en que tú, encuentro celestial;
yo tambien lo creo,
-dijo la paloma gris de tono claro-;
pero, mírame...
vivo aun en mis nidos de tierra,
de esta tierra que amo
y que a ti a veces te aterra;
yo la amo
con  sus perfecciones
sus imperfecciones,
sus caminos sanos,
sus senderos vanos;
ella a cantar enseña mudas aves,
y muestra cada dia una nueva canción.
Palomita mirame a mí,
a mis alas deformes,
tu mirada de mí no declines,
a hacerte compañia vine
y tú solo piensas en querubines.

No hay comentarios:

Publicar un comentario