Hay veces en que la oscuridad
abre paso a un gran camino de luz.
Hay veces en que un cielo gris
es la antesala de un extenso azul.
Hay veces en los que te rindes.
Si, hay veces que de luchar prescindes,
pero te das cuenta, que de ello prescindir
es triste e insipidamente existir.
Existir, sin vivir, sin sonreír.
Rendirse es una mentira ilusoria;
mientras existas hay posibilidad de gloria
o de simplemente disfrutar
el vaivén de una noria.
Jamás te rindas,
de luchar no prescindas,
continua en la carretera de la vida,
en ella encontraras tumultos de emociones,
dulces y tiernos amores,
transforma la tristeza en alegría
y exclama a viva voz
!Esta vida es mía!
Algo sumamente importante es el valor
el dota lo frío de un chispeante calor.
Sin el, tus días no tendrán aroma;
y el sol no te calentara cuando a el te asomas.
El valor es la piedra angular de tus días.
Con el conquistaras las coronas de tu vida;
por el miedo, la vida se vuelve muerte.
Y por falta de valor es negativa nuestra suerte.
Que tu collar predilecto cada día sea el valor.
Otras prendas importantes; por ejemplo el honor.
Y que decir de la corona
que en tu cabeza ha de alojarse
y que jamas de ella has de despojarte
pues dota de sentido a la razón:
que de quien hablo?
Pues del amor.
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