20 de enero de 2015

Poema #41 DESPIERTA






Despiertas, me despiertas,
me revives.
Tus silencios me reviven,
reviven a la esencia olvidada,
a aquello que he olvidado,
que temo, que amo.

Despiertas lo mejor de mí,
mis susurros de rosa al viento,
mis letras carmesí
o quizás, como dije, rosa;
me fundes en cierta estación hermosa
que mi diario vivir me insta al olvido.

Vive mi yo en el olvido,
en la casa, en el patio, en la lavadora,
en el lavaplatos.
Vive mi yo deleitado en la tiza,
trazándole trazos a la ya trazada pizarra.
Vive mi yo en caligrafías.
Esa es la vida de mi yo.
Lo que he elegido.
Lo que siempre he sido.
Me despiertas, pero no despierto,
solo me filtro unos segundos por un agujero,
por un agujero de hilos de letras,
por un agujero de un canal
donde fluye un mensaje,
despiertas, despiertas a mi letra.
Quizás mi yo que se infiltra es simplemente letras,
lo demás es solo carne pasajera.
Otro cuerpo más en el mundo.

Bien es cierto que me despiertas,
detienes el letargo de la rutina en mí
y me permites fundirme un poquito
en la dulzura de nuestras divinidades.
Lástima o dicha
que elegí la simpleza
para no sumirme en pensamientos
y altísimas complejidades.
Cuantas veces mi rutina
siente, hacia la letra, pereza;
pero es lógico.
Mi yo, mi yo de letras.

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