Que alguien me explique estos detalles,
que procedo analizar con cordura.
Qué maldito es el amor, la locura,
la locura que procede al avasalle.
Yo tranquila, caminando en calle
de lámparas y velas, segura.
Veneno que quema, nada cura,
lindas palabras mejor que calle.
Si yo fuera jardín en desierto,
si fuera torre inclinada de lado,
yo diría que sentimiento incierto.
Es mejor caminar seguro con amor vago,
que andar sintiendo lamento,
que al espíritu al final suicidado.
Y es que eso llamado amor
es acróbata al borde del abismo,
donde al corazón es terrible sismo
que causa letal angustia y dolor.
Tantas veces al amor le he creído
y tantas veces en sus redes enredado.
Cuántas veces me ha flagelado
su sonido malsonante, su zumbido.
Zumbidos de desprecio letal
ante un alma amorosa y entregada,
pero que Saturno procede a matar.
Pobre ingenua amada
a esta se procedió a enterrar.
entristeció de alma olvidada.
Siempre caes y siempre crees
en la promesa de la tierra prometida,
en la que no paciente, siempre activa
la llama del amor que se desea ver.
Al final te das cuenta, logras entender
que simplemente era todo mentira,
era más factible tenerme adormecida
que al final oculto secreto yo lograr saber.
Y cuál era el secreto, amado mío,
usabas amor para tenerme controlada,
y con el mismo causar daño, hastío.
Por mis venas ahora corre un río
de noches terribles en la cual desvelada,
porque usado y pisoteado fue el corazón mío.
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