Una rosa yace contemplando
el leve paso de la brisa por sus pétalos,
vivió toda su vida pensando
que era hiedra,
de las peores, de las venenosas;
el susurro del pasto le hizo creer que era hiedra
su rostro tomo gesto de espanto
y de repente se oculto su encanto
y se limitó a ser pasto.
Una tarde de cálido sol
gotas de lluvia cayeron
gotas de lluvia olvidadas
hacia tanto que no llovía,
se creo en medio del pasto un río
y los arbustos sonrieron
y los pinos se emocionaron
y la hiedra con pasos ligeros
y semblante pasmado
se deslizo hasta el riachuelo
donde la esperaba su rostro olvidado;
se miro como si fuese en un espejo
y vio que no era verde, venenosa
vio que era aromática y hermosa
!Descubrió que era rosa!
Vivió creyendo en el pasto
en el pasto frío, en el pasto verde, inmaduro,
su corazón de rosa volvió a tornarse cabellera taina
su corazón dejo de ser duro
y ahora que sabe lo que es
es mas suave y a la vez mas puro.
No le interesa ya lo que le diga el pasto
ahora solo camina con su vestido de rosa
a través del puente, del río
otra vez volvió a considerarse preciosa
recobro su risa, su encanto
el pasto vio insípida y muda hiedra en la rosa
mas ella hoy entona sinfonías hermosas.