Volvieron los piratas
saqueadores de piñatas,
robaron el tesoro,
y ten piedad señor,
imploro.
No pongas tus perlas
en manos de fanáticos
de plata.
Consérvalas guardadas
repitiendo el desiderata.
Hay espíritus
semejantes a las ratas;
no solo comen desperdicios
tambien ingieren tus tesoros
y con los mismos
te lanzan maleficios.
Pobre reina,
llorar, supuestamente, te toca,
cuidabas bien el rebaño.
Tanto, tanto lo cuidabas
que le hiciste daño.
Tratando de desforzarlos
envolviste su lengua
en sucio paño,
y ahora el paño se exprime
y con el mismo
sus gotas a ti, baño;
y obvio, se aproximan
de nuevo, los daños.
Reina, reinas en tierra de reyes,
en otros tiempos,
los mismos de ti, bueyes;
que manejabas a tu antojo.
Les vendaste los ojos,
les marcaste el dolor;
les arrancaste el calor
que palpitaba en sus pechos,
en su vino corazón.
Los sumiste en lloroso lecho
y le cantaste triste canción
para que la muerte
acudiera al acecho.
Reina abusaste de tu poder
y la balanza se ha inclinado
hacia los bueyes
que convertidos en piratas
tus tesoros han robado
y ahora esta claro se aproxima,
la venganza de los explotados
en la incertidumbre
de esta piscina.
Vuelve la historia a repetirse
reinas y bueyes matándose,
y en medio de ellos, los grises.
Los hijos del yin yang,
los pacifistas iluminados,
que comprendieron bien
del alma, el recado.
Pero, lastimosamente,
los que siempre eliminados,
porque ese era el objetivo acordado
en aquella mesa redonda
integrada por pelajes negros
y cabellera blonda.
Los grises volviendo al sueño,
del cual los reyes son dueños.
Reyes y piratas
riendo a carcajadas
con el control remoto
desde sus casas.
Vayan preparando
los auspicios funerales,
pronto llegaran los generales,
pronto llegará el reinicio,
y los grises como siempre
en esta piscina, ilegales.
Un hechizo se ha lanzado
y trompones han llovido
se teñirá de azul el planeta
o se teñirá de vino?
Veamos el noticiero,
y ojala en nuestras tierras
misil no proceda a ser
descendido.