18 de julio de 2022

Poema 144. Sacerdotisa indetenible

 




Ella la de las granadas en las manos 

la que dueña de la oscuridad

y también por ella la luz.

Esa sacerdotisa indetenible 

la que viaja en dirigible

dirigiendo todo

y nosotros, pulgas.

Si pulgas nuestros intestinos

y nos haces llorar de ardiente dolor 

eres tu la sacerdotisa 

emoción inconsciente

la que vive en los sueños

y se concretiza en la realidad

que miedo das

que miedo das

eres mente

eres conciencia

tu la verde 

la de la inercia

nos tienes paciencia

y nos conduces también 

a la demencia

me dejare llevare por tus alas

puede ser que este seguro

mejor he de ser mago

para planear mi futuro

si mi futuro del cual eres 

tu dueña 

por que mis planes 

en desbaratarlos te empeñas

sacerdotisa que escucha 

a diario querellas

eres la mente en todo su fluir 

un teclado que no deja de escribir 

eres una dicha

eres una bicha

eres la desdicha 

por que en esto ultimo 

a eso tiendes 

en eso te encaprichas 

eres la mujer que viste de Prada 

la que deja la casa de los pobres

empapada

de llantos.

No hablare mal de ti

contigo nacemos aquí

y contigo hemos de morir 

tu siempre seguirás viviendo

de ti hoy muchos escribiendo

eres la vida a la cual debemos entregarnos

eres la mente inconsciente

que siempre detrás de nosotros 

esta jugando 

un papel grandilocuente

yo te amo sacerdota

y me entrego a ti 

ojala que tus olas no me rompas

la febril piel de mi sentir 

ojala que no seas fuerte conmigo

ojala que solo me des abrigo 

en estos tiempos de frio.

Te amo como la compota

y las frutas de primavera 

mi alma a ti se entrega 

y al hacerlo, mi cuerpo

del estrés se libera.

Eres la luna, la noche

en la cual emito reproches 

en la cual grito, clamo 

y doy boches

a mi no me lances bolas 

las cuales hagan 

que me ponche

en este estadio de aureolas.

La sacerdotisa es la reina

que junto al mago

al mismo su pelo

le despeina

por ella creer 

que el mismo 

es vago

en comparación con ella.

Deja el estrés 

y déjate llevar por la brisa

ese es el consejo

que te envía 

la sacerdotisa.